Cinco secuelas que superan a sus primeras partes
Star Wars V: el Imperio contraataca (1980)
Amplió los límites de la primera -quizá la más artesanal de la saga- y supo dar profundidad a las inquietudes de Luke, Leia y Han Solo. Además, reunió prácticamente casi todas las escenas míticas: la batalla en Hoth, el entrenamiento en Dagobah y, por supuesto, la revelación de Darth Vader.
Terminator 2: el juicio final (1991)
La primera de 1984 parecía insuperable, hasta que James Cameron se obsesionó con demostrar que podía hacer otra película de ciencia ficción atemporal, que todavía hoy luce fresca y más divertida que muchas excedidas en pantallas verde y humor fácil. Esta vez, Arnold Schwarzenegger actúa como el defensor de Sarah y John Connor, logrando un vínculo icónico.
Shrek 2 (2004)
Ni la propia DreamWorks imaginó que un ogro verde, una princesa y un burro parlanchín se volverían su franquicia estrella tan querida por el público. La segunda parte sumó personajes (el Gato con Botas, la familia de Fiona, el Príncipe Encantador…), nos hizo conocer el Reino de Muy Muy Lejano y redobló la apuesta para reírnos de los cuentos de hadas y la cultura pop.
Spider-Man 2 (2004)
Sam Raimi repitió dirección y dejó la vara altísima para cualquiera que adapte a un superhéroe. Un perfecto equilibrio entre drama, acción y madurez, repleto de emocionantes secuencias (la del quirófano, la del tren, la del banco) que difícilmente vuelvan a verse en el cine mainstream. Además, un final conmovedor. Es, sin dudas, la mejor película de superhéroes. Lo sentimos, Christopher Nolan.
Los juegos del hambre: en llamas (2013)
La adaptación de la primera novela fue toda una revelación en el público adolescente, al mostrar la violencia sin tapujos y adentrarse en el comentario político. Pero carecía de una dirección sólida. Cuando Francis Lawrence tomó la posta, la historia de Katniss y Peeta pudo soltarse y entregar una aventura a la altura de las grandes sagas del cine.
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