Aprovechá para cepillar tu melena antes de lavarte el pelo, así evitás que se enrede y eliminás nudos que impidan la penetración del champú y el acondicionador.
Lavar el cabello con agua fría al final del baño lo deja increíblemente brillante, ya que esta costumbre estimula la circulación sanguínea
y cierra la cutícula del pelo.
No es necesario frotar tanto el cabello cuando lo lavas, pues al hacerlo activas las glándulas sebáceas produciendo un efecto aceitoso contraproducente.
Si te aplicas mascarilla una o dos veces por semana, ¡Te felicitamos! Recordá dejarla actuar incluso más tiempo de lo habitual, por lo menos entre 5 y 20 minutos.
No hay que acostarse con el pelo mojado, ya que se puede dañar la cutícula del cuero cabelludo haciendo que se produzcan irritaciones.