Detrás del felino más grande de América, subyase una crisis ambiental y social en cuatro provincias. Las poblaciones originarias que aún habitan el bosque nativo enfrentan las consecuencias del avance de la soja en el norte argentino. elDiarioAR viajó con Greenpeace en busca de las huellas de un depredador convertido en fantasma.
El monte, como se conoce al bosque nativo en la región del Gran Chaco argentino, parece inacabable desde el cielo formoseño. Alrededor del bañado La Estrella el ojo no llega a dimensionar dónde termina el manto verde. Pero termina, cuando se observan las topadoras, antes de que el suelo se prepare para otros fines
Estas tierras intentan seguir siendo el territorio del tigre manchado. La panthera onca o jaguar. El felino más grande de América y el tercero en el mundo. El yaguareté, “verdadera fiera”, en guaraní.
Durante cinco días, elDiarioAR visitó esta región, que integra la segunda zona boscosa más grande de Sudamérica, después de la Amazonía, en un viaje organizado con el objetivo de evidenciar los efectos de la deforestación en el norte argentino para introducir la ganadería extensiva y la plantación de soja.
Quedan, con suerte, apenas unos 20 yaguaretés en esta región de Argentina. En Formosa es donde los ambientalistas creen que tienen mejores posibilidades de ganarle a la extinción provocada por la caza y la desaparición de su hábitat
Pero esas chances se apagan con el avance de la deforestación en Formosa, aseguran los ambientalistas de cuatro organizaciones distintas consultadas por este medio. ¿Qué sucederá si el yaguareté se extingue en el Gran Chaco argentino?